Perfil del terapeuta


EL TERAPEUTA GESTALT

Perls definía las tres posturas básicas del terapeuta:
 La a-patía psicoanalítica: neutralidad indulgente con poca implicación e
intervenciones mínimas.
 La em-patía rogeriana: ponerse en el lugar del cliente para comprenderle
mejor y vibrar con él.
 La sim-patía Gestaltista: ofrecer al cliente la verdadera presencia de un
compañero atento y competente dentro de un auténtico diálogo “yo-tu”.

El terapeuta Gestaltista no se encierra en un silencio frío ni se refugia en una actitud

de neutralidad permanente, por el contrario, manifiesta su simpatía comparte sus ideas y
sentimientos (en el marco de una “utilización terapéutica” de su contratransferencia”). No
está obligado a acompañar al cliente a todas partes, con una "aceptación incondicional" de
sus comportamientos excesivos o por el contrario de sus repetidas invitaciones, sino que
puede permitirse rechazar algunas de sus propuestas. En este caso se trata de una actitud
terapéutica original bastante específica de la Gestalt.
Son los aspectos relacionales lo que determinan lo más genuino de la gestalt; la
actitud e implicación del terapeuta que concibe su tarea como un oficio artístico más que
como un rol técnico.
Perls formuló la oración gestáltica:
Yo hago lo mio y tu haces lo tuyo
No estoy en este mundo para llenar tus expectativas
Y tu no estás en este mundo para llenar las mias
Tu eres tu y yo soy yo
Y si por causalidad nos encontramos, es hermoso
Si no, no puede remediarse